Además, son muchos los que llevan a cabo diferentes alternativas para asegurar su suministro de pan en casa. Entre ellas, una de las más comunes suele ser congelarlo. Muchos españoles deciden congelar el pan para evitar que este se ponga duro y se mantenga para cuando deseen consumirlo.
A pesar de su alto consumo, el pan blanco es uno de los grandes factores perjudiciales para nuestra salud. El pan está compuesto principalmente por harina de trigo refinada, agua, levadura y sal. Sin embargo, lo que muchos no saben es que congelar el pan puede hacer de su consumo algo más saludable para nuestro intestino.
Beatriz González, nutricionista y divulgadora, ha explicado que esta práctica en su consumo, puede tener un positivo impacto en la microbiota intestinal. «¿Eres de los que congela pan y lo va descongelando a medida que lo va consumiendo? Pues tengo que decirte que estás alimentando de una forma muy sana a las bacterias de tu intestino«, comenzaba entrando en el punto de la cuestión.
El punto de estos beneficios viene del almidón que compone en un 80% la harina de trigo. Tal y como ella comenta, al congelar el pan ese mismo almidón cambia de estructura, es decir, en una especie de fibra que tu intestino es incapaz de absorber. Pero cuando llega al colon las bacterias sí que son capaces de digerirlo. Alimentándose de él para fabricar uno de los compuestos más esenciales para nuestra salud digestiva, el butirato. Se trata de un ácido graso de cadena corta con un gran papel como antinflamatorio, contribuyendo así a nuestra salud intestinal.