El ‘toliamor’ describe una relación en la que las parejas, de manera consciente o implícita, deciden tolerar las infidelidades sin confrontaciones abiertas. A diferencia del poliamor consensuado, donde todas las partes acuerdan y aceptan la no exclusividad, el ‘toliamor’ se caracteriza por la falta de comunicación honesta y la aceptación tácita de comportamientos dañinos.
Esta tendencia ha ganado notoriedad en España, donde cada vez más parejas optan por esta dinámica para evitar conflictos y mantener la relación a flote. Sin embargo, los expertos advierten que esta puede tener consecuencias negativas a largo plazo, ya que perpetúa la falta de responsabilidad emocional y puede generar desequilibrios de poder dentro de la relación. En definitiva, ensalza comportamientos un tanto tóxicos.
En muchos casos, las parejas que lo practican pueden sentir un apego profundo y auténtico, compartiendo experiencias y proyectos en común, pero a costa de ignorar las infidelidades y evitar confrontaciones que podrían fortalecer la relación.
En resumen, aunque el ‘toliamor’ puede parecer una solución práctica para algunas parejas, es crucial reconocer sus implicaciones tóxicas y buscar formas más saludables de gestionar las relaciones. La comunicación abierta y la responsabilidad emocional son fundamentales para construir vínculos sólidos y duraderos.
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