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¿Sufres el ‘Síndrome de Fortunata’? Rasgos comunes de estas personas

Toma su nombre de la novela de Benito Pérez Galdós

Ana Más

Un patrón emocional que consiste en establecer vínculos de dependencia afectiva con personas que ya tienen pareja o están casadas. Este es el ‘Síndrome de Fortunata’ que toma su nombre de la novela de Benito Pérez Galdós en la que el personaje de Fortunata se enamora y entabla una relación clandestina con Juan Santa Cruz, que está casado con Jacinta. A pesar de todo, el hombre mantiene la relación con Fortunata, que pretende convencer a su amante de que deje a Jacinta.

Aquellos que sufren este síndrome establecen una relación de dependencia con la persona a la que aman o a la que creen que aman. Pero además hay algunos otros rasgos comunes entre aquellos que lo sufren:

  • Tienen una sensación de profundo enamoramiento hacia la persona.
  • Muestran una gran lealtad y abnegación hacia ella, además de un ‘fuerte enganche’.
  • La dependencia del otro es tal que pueden llegar a hacer cualquier cosa que este les pida, incluso perdonar, justificar o pasar por alto sus mentiras.
  • Únicamente siente atracción por esa persona por la que incluso puede llegar a dejarlo todo.
  • Además, suelen tener creencias falsas y muy optimistas sobre la relación, como pensar que el otro va a dejar a su pareja para estar juntos.

Eso con respecto a la persona amada, pero también hay sentimientos muy concretos respecto a la pareja de esta, sentimientos que, incluso a veces, son ambivalentes. Por una parte siente que es una rival a la que desprecia por quitarle algo suyo, pero por otro puede mostrar admiración y ganas de ser como él o ella.

¿Se puede tratar el síndrome de Fortunata?

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Respecto a la posibilidad de dejar de repetir este patrón de conducta en las relaciones amorosas, los expertos hablan de la importancia de no juzgar sino de indagar en ‘qué se busca en ellas’.

Y es que tratarlo es complejo y debe hacerse analizando «los pensamientos, creencias y emociones del paciente respecto al amor romántico y respecto a su relación con su objeto de deseo», explican desde psicologíaymente.com. Lo siguiente será intentar trabajar en la toma de conciencia del problema que supone vincularse a una persona casada e ir reestructurando «poco a poco las cogniciones del sujeto y haciéndole ver el sufrimiento y las limitaciones que le genera, así como los factores que están participando en el origen y mantenimiento del problema», explican.